Las lineas rojas del centralismo
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El de Ecuador es un modelo quebrado de administración: es fallido, inequitativo, mañoso y por lo tanto insoportable. No va más ! Doscientos años es más que suficiente para probar que algo no funciona.
¿Podrá haber suficiente fervor para llevar a cabo una tarea radical de cambio? O ¿seguiremos atrapados entre la complacencia y la conveniencia de algunos? Al final del día el futuro lo definen los ecuatorianos. Mas una cosa es cierta, si seguimos igual estamos condenados a ser un país de zombies. Una distopia que tiene el nombre de una línea imaginaria y conforma una nación imaginaria.
